Cuando nos referimos a ansiedad no solo hablamos de síntomas que generan malestar como taquicardias, mareos, hiperventilación o tener como un nudo en el estómago, sino tambíen a los pensamientos se derivan de estas sensaciones y son difiles de controlar, haciendo que permanezcas en un estado de alerta continuo. ¿Sabías que estás respuestas de nuestro cuerpo aparecen por un sistema biológico de supervivencia? Puedes aprender a gestionar todas estas sensaciones y pensamientos de tu día a día. No lo dejes más tiempo.

Los conflictos que implican el sufrimiento por parte de uno o ambos miembros de la pareja amenudo están mantenidios por dificultades de comunicación, intercambio de conductas agresivas, respuestas emocionales que van desde el estrés a la desesperación y en muchos casos pensamientos derrotistas que suelen acabar enquistando los problemas en el tiempo.

Sientes que has probado de todo y que no sabes como abordar lo que le ocurre a tu hijo. Intentas tranquilizarte y buscar por internet que le puede estar pasando y como solucionarlo. Vuelves a probar algo nuevo que sigue sin dar resultado y acaba en más frustración y la tristeza, ansiedad y el enfado son emociones que se apoderan de ti. Lo cierto es que los padres no nacemos con un libro de como educar bajo el brazo, y en realidad tampoco existe ya que cada niño es distinto, con necesidades específicas. Como psicólogo infantil mi función va a consistir en escuchar, comprender y ofrecer una guia y orientación con las pautas adecuadas semana tras semanas, adaptandome a las necesidades específicas de tu hijo y como aplicarlo en el día a día.

Estar triste o con el estado de ánimo bajo no implica que estés pasando por una depresión, pero si no encuentras motivación para realizar aquellas actividades que te gustan o hayas dejado de disfrutarlas tal vez deberías tomarlo como una señal de alarma de que necesitas un cambio de estrategia para poder enfrentarse a esta situación.

Pueden ser alteraciones en la conducta alimenticia tanto por defecto (pérdida abrupta de peso, dietas extremas), como por exceso (atracones, obesidad, ansiedad ante la comida). Estos problemas relacionados con la comida suelen esconder y ser secundarios, en la mayoría de ocasiones, a otro tipo de problemas como inseguridades, baja autoestima o dificultades en la regulación de emociones.

Tras un proceso traumático puede desarrollarse lo que en psicología denominamos estrés postraumático. Esto se va a traducir en un estrés discapacitante que acaba afectando a múltiples áreas de la vida de la persona (familiar, social, laboral, pareja…) y que suele conllevar sufrimiento por imagenes, pensamientos o ideas que se repiten y no se puede «escapar» de ellas.